BBC
6 julio
2016
Hay que adecuar la ropa al tipo de actividad y la exposición al
sol que se tendrá, dicen los expertos.
"Hemos llegado a un
absurdo. Nos desnudamos para luego protegernos del sol con crema".
Así de tajante es el doctor
Ramón Grimalt, miembro de la Academia Española de
Dermatología y Venerología.
Por lo tanto, no tiene
ninguna duda en contestar cuál es la mejor manera cuidarnos de los rayos
ultravioleta: "con ropa".
"Cubrirnos con ropa
tiene muchas ventajas: ahorramos crema solar y evitamos descuidar ciertas
partes", añade.
Sin embargo, al igual que
las cremas, no todos los tejidos frenan igual los rayos solares y sus efectos,
que van desde el envejecimiento y la aparición de manchas en la piel hasta un
posible cáncer.
Porosidad
"El nivel de
protección que ofrece una prenda frente al sol depende de tres factores: el
entramado del tejido, el grosor del hilo y el tinte", señala a BBC Mundo
José Aguilera Arjona, del Departamento de Medicina y Dermatología de la
Universidad de Málaga, en España.
"No es lo mismo un
pantalón vaquero (jean) de hilo grueso que un
vestidito de verano", matiza.
Y en eso ahonda su
investigación New Advances
in Protection Against Solar
Ultraviolet Radiation in
Textiles for SummerClothing
(Nuevos avances en los textiles de la ropa de verano para la protección contra
la radiación ultravioleta), publicado por la Sociedad Estadounidense de
Fotobiología (ASP, por sus siglas en inglés).
"El entramado del
tejido puede ser más o menos tupido, dependiendo de la distancia entre los
hilos", explica Aguilera.
En las imágenes de
microscopio de los distintos tejidos incluidas en el estudio, las diferencias
de porosidad se hacen evidentes.
"El entramado menos
tupido es el de las camisas de lino, ya que es en forma de colador",
explica el experto.
"Por lo tanto, pueden
proteger apenas como una crema de factor 10".
Las camisetas de algodón,
por su parte, pueden llegar a resguardar de los rayos ultravioleta como una
crema de factor 40, ya que su entramado es más compacto.
Y más aún los polos, el
equivalente a una crema con un filtro de 200, dice el experto.
Nueva y seca
Si son de colores oscuros,
el filtro aumenta, ya que la tinta se adhiere a los hilos y los vuelve más
gruesos, disminuyendo así la distancia entre ellos.
Aunque la eficacia
fotoprotectora de estas prendas depende también del estado en el que se
encuentren.
Esto es, "si una
camiseta de algodón está muy usada y gastada, su entramado se habrá debilitado
y bloqueará menos los rayos de sol", dice.
Además, si está mojada el
filtro será menor.
"Los rayos de luz
entran en el tejido mojado de forma más directa y se dispersan. Además, el agua
hace un efecto lente".
Aunque esto solo afecta a
las camisetas de algodón y no a las técnicas, las fabricadas con poliéster
específicamente para hacer deporte.
De acuerdo al experto,
éstas últimas son las que más cuidan la piel del sol.
"A pesar de ser
transpirables, por el diseño de su tejido apenas dejan pasar la luz",
aclara.
Pero ante todo, Aguilera
insiste en que lo que hay que hacer es adecuar la ropa a la actividad que se va
a llevar a cabo.
Si, por ejemplo, solo
quieres salir a hacer unas comprar y tu exposición al sol va a ser muy
limitada, entonces es suficiente que vistas una camisa de lino o un vestido
ligero, dice.
"Eso sí, si eres
albañil, o pescador, o entrenador deportivo y trabajadas al mediodía, cuando el
sol está más fuerte, entonces deberías optar por una camiseta de algodón gruesa
o una técnica", añade.
Opciones más sofisticadas
Pero además de éstas,
existen en el mercado opciones más sofisticadas.
Se trata prendas con la
protección solar incorporada, generalmente diseñadas por marcas deportivas.
Los tejidos de estas
prendas suelen tener aditivos cerámicos o minerales, como el óxido de titanio,
que hacen que reflejen la luz.
"Fueron los
australianos los que empezaron a trabajar en esto, por lo de la capa de
ozono", dice el dermatólogo Ramón Grimalt.
Debido al extenso uso
durante años de los clorofluorocarburos (CFC) en la
industria de la refrigeración y en los aerosoles en general, la capa de ozono
es hoy un 4% menor sobre Europa, Estados Unidos y Australia que a mediados del
siglo pasado.
En estos puntos su
protección contra la radiación solar es, por tanto menor.
Así, fue Australia, junto
con Nueva Zelanda, el primer país en publicar una normativa relacionada el
factor de protección ultravioleta de la ropa.
Hoy se pueden encontrar en
el mercado desde gorras, camisetas, camisas y pantalones, hasta bikinis con
filtro solar.
Y también se puede adquirir
un detergente que provee a cualquier ropa la capacidad de bloquear los rayos
dañinos del sol.
Según su fabricante, tras
lavar las prendas con el jabón bloquean más del 96% de los rayos ultravioleta,
lo que equivale a una crema con factor de protección 30.
"Aunque hoy para
protegerte no necesitarías vestir prendas de tejido especial", insiste
Aguilar.
"Bastaría con que
todas las prendas incluyeran en su etiqueta el factor de protección".